Cuenta una simpática fábula que un día un hombre ateo iba caminando por un bosque asombrado por la belleza que el “accidente de la evolución” había creado. Mientras caminaba veía los árboles, oía los pájaros cantar y los ríos seguir su cauce y se decía a si mismo: “Impresionante lo que surgió de la evolución”.
Al cabo de un rato oyó un ruido entre los arbustos y cuando se dio la vuelta vio tras él un enorme oso que lo seguía, tan pronto lo vio comenzó a correr y tropezó con una raíz y cayó al suelo.
Al instante dijo: “¡Ay, Dios mío ayúdame!” En eso el oso quedó como petrificado y una luz inundó el bosque y una voz dijo:
-“Durante años has negado mi existencia, ¿Cómo esperas que ayude a alguien que no cree en mi? ”
-“Sería muy hipócrita de mi parte-replicó el hombre ateo- convertirme ahora sólo por la necesidad de salvarme, pero quizá puedas hacer otro milagro, ¿Qué tal si conviertes al oso en cristiano?
Al instante la luz desapareció y el oso agarró al hombre ateo con su pata derecha y mirando al cielo dijo en tono piadoso:
-“Señor, te doy gracias por este alimento que me has puesto hoy. Amén ”
Oración contestada.😅
¡ Dios te Bendiga !
Este relato nos enseña que aveces no creemos en Dios pero cuando estamos en momentos difíciles siempre imploramos la ayuda del Altísimo o sea del Creador del Universo
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