Revisando algunos estudios Bíblicos encontramos que los Reyes Magos que hemos escuchado en los relatos del nacimiento de Jesús podrían no ser “Reyes” , ni tampoco “ magos “ . Por lo tanto, la apelación con que en el mundo se les llama, «los tres reyes magos», responde a una tradición, invención del folclore posterior.
Según algunos Diccionarios Bíblicos el pasaje descrito en Mateo 2:1-12 aparentemente hace mención de astrólogos religiosos no judíos que, sobre la base de observaciones astronómicas, pudieron deducir el nacimiento de un gran rey judío. Después de preguntar a las autoridades judías, llegaron a Belén para rendirle homenaje. Permanece incierto si el oriente de donde vinieron es Arabia, Babilonia. o algún otro lugar.
El apelativo «mago» en este pasaje podría referirse a los Maggi de oriente, probablemente de Persia, Caldea o Babilonia, donde formaban un conjunto de estudiantes de varias disciplinas, entre ellas la astronomía. No eran hechiceros propiamente, y ni siquiera practicantes de la magia , sino que eran más bien estudiantes de la ciencia y seres ávidos del conocimiento en general. En la Biblia en inglés se les llama, mucho más acertadamente, «hombres sabios».
Estos «hombres sabios» habían estudiado las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento y se habían sentido impresionados por el próximo advenimiento del Mesías. Seguramente habían leído algo sobre la profecía antigua de Balaam, que dice que «saldrá ESTRELLA de Jacob y se levantará cetro de Israel» (Números 24:17). Habían recorrido una gran distancia en un viaje que tomaba meses con la sola esperanza de ser testigos de ese milagro.
Estos visitantes de Oriente no sólo reverenciaron a Jesús, sino que directamente le adoraron.
Fue hasta el siglo II que el sacerdote Tertuliano les asignó el título de reyes (basado probablemente en Salmos 72:10; Isaías 49:7 e Isaías 60:3 ) y hasta el siglo XV que se definieron sus nombres, sus figuras y sus personajes, completamente ajenos a la descripción de la Biblia.
Los nombres propios de estos tres personajes aparecieron por primera vez en un mosaico bizantino del siglo VI d.C. localizado en la ciudad italiana de Rávena. No se sabe quién se los inventó, pero, desde luego, Baltasar, Melchor y Gaspar no aparecen en la Biblia.
¡Dios te Bendiga !
O sea que ellos no existen en la bib y ese apodo lo puso el hombre
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