Y él respondió,
y les dijo: La generación mala y adultera demanda señal; más señal no le será
dada, sino la señal de Jonás profeta. Porque como estuvo Jonás en el vientre de
la ballena tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón
de la tierra tres días y tres noches”
Mateo 12:38-40
Los fariseos pedían otro milagro, pero no estaban buscando con sinceridad conocer a Jesús.
Jesús sabía que habían visto milagros suficientes para convencerles de que El era el Mesías. Pero ellos ya habían decidido no creer en El y eso no iba a cambiar con otro milagro.
Muchas personas han dicho: "Si yo viera un milagro, creería en Dios". Pero lo que dijo Jesús a los fariseos se aplica también a nosotros. Tenemos evidencias más que suficientes: la muerte de Jesús, su resurrección y ascensión, y siglos de estar cambiando vidas de creyentes alrededor del mundo.
En lugar de buscar evidencias adicionales o milagros, acepte lo que Dios ya le dio y avance. El puede usar su vida como evidencia para llegar a otra persona.
Jonás fue un profeta que fue enviado a la ciudad asiria de Nínive (ver el libro de Jonás). Debido a que los asirios eran una nación cruel y belicosa, Jonás trató de huir de su cometido y terminó alojado tres días en el vientre de un pez gigante. Cuando salió, de mala gana fue a Nínive, predicó el mensaje de Dios y vio a la ciudad arrepentirse.
Por contraste, cuando Jesús vino a los suyos, estos no quisieron arrepentirse. Aquí está diciendo con claridad que su resurrección probaría que El era el Mesías. Tres días después de su muerte, volvería a vivir, así como a Jonás se le dio una nueva oportunidad para vivir después de haber estado tres días en el vientre del pez.
En los días de Jonás, Nínive era la capital del Imperio Asirio y era tan poderosa como mala (Jon 1:2). Pero toda la ciudad se arrepintió como respuesta al mensaje de Jonás.
Fuente : Comentario Bíblico Bibliatodo
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