Hemos leído acerca del significado de la oración, que en palabras simples consiste en hablar con Dios, nuestro Padre y creador. Es la oración la que nos acerca a Dios y la que permite que crezca nuestra relación personal con él.
La palabra nos instruye en Efesios 6:18 y nos exhorta a orar en todo tiempo.
Quiero compartirles este testimonio de como la oración nos acerca a Dios y nos permite ver su participación soberana en nuestras vidas.
Hace un tiempo planeamos una reunión familiar para compartir una comida, dulces y bebidas. El lugar era con jardines, parrilleras y piscina. En la reunión había al menos 4 niños con sus padres y abuelos.
Antes del día, tomamos tiempo de orar, y poner en manos de Dios la actividad, que Dios tomara control de todo lo que aconteciera ese día. Oramos por los alimentos y para que Dios se exaltara en esa reunión.
Ese día todo transcurría según lo planeado y los niños disfrutaban en la piscina, otros conversaban y otros preparaban los alimentos. Sin darnos cuenta, y cada uno en diferentes actividades, tres de los niños quedaron solos en la piscina, sin un adulto cerca. Como ha pasado en muchas noticias que hemos leído, los niños se desplazaron a la parte más profunda de la piscina y se estaban ahogando.
Por la gracia, la misericordia de Dios, la oración y en su soberana voluntad, uno de los adultos en la cocina, salió al área de la piscina y pudo socorrer a tiempo a los tres niños.
Hemos leído muchas veces la frase de Einstein “Hay dos formas de vivir la vida: una como si todo fuera un milagro, otra como si nada lo fuera”
Creemos que Dios esta en control de todas las cosas,que es absolutamente soberano y que su misericordia es nueva cada día.
¡Que profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Que indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! Romanos 11:33
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