En el libro de Marcos, capítulo 1, encontramos una hermosa historia que nos evidencia la prontitud y disposición que tenemos para seguir a Jesús. En este pasaje, Jesús se encontraba caminando por la orilla del mar de Galilea, cuando vio a dos hermanos pescadores, Simón y Andrés, echando sus redes al agua. Y en ese momento, Jesús les dijo: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres".
Sin lugar a dudas, su respuesta fue grandiosa: "al instante, le siguieron". Este versículo nos revela la confianza y determinación que tuvieron los hermanos para dejar todo y seguir a Jesús. No dudaron ni un segundo en aceptar Su llamado, dejando atrás sus herramientas de trabajo y su ocupación como pescadores para convertirse en pescadores de hombres, es decir, en seguidores y discípulos de Jesús.
Esta respuesta inmediata de Simón y Andrés nos enseña una lección valiosa sobre la prontitud y prisa que debemos tener para obedecer a Dios y seguirle. Nos recuerda que cuando Jesús nos llama, no hay tiempo que perder, sino que debemos responder de forma decidida y sin vacilaciones.
Asimismo, esta frase bíblica nos muestra la capacidad de Jesús para cautivar los corazones y atraernos hacia Él. La presencia y el llamado de Jesús eran tan poderosos que inmediatamente capturaron la atención y el interés de los hermanos pescadores. Ellos sintieron que aquel hombre tenía algo único y extraordinario que ofrecerles, algo que trascendía su profesión y que les daría una misión superior en la vida.
Hoy en día, esta frase nos desafía a reflexionar sobre nuestra prontitud para seguir a Jesús. ¿Estamos dispuestos a dejarlo todo, como lo hicieron Simón y Andrés, para seguirle? ¿Estamos dispuestos a obedecerle sin demora y sin poner excusas? Nuestro seguimiento a Jesús requiere una respuesta pronta y decidida.
Al igual que Simón y Andrés, cuando tomamos la decisión de seguir a Jesús, nuestro camino toma un rumbo completamente distinto. Nos convertimos en pescadores de hombres, en personas que llevamos el mensaje de salvación y esperanza a los demás. La prontitud con la que respondemos a Jesús también puede influir en otros para que le sigan.
En conclusión, la frase "al instante, le siguieron" nos inspira a ser personas decididas y prontas para seguir a Jesús. Nos desafía a dejarlo todo por Él, a obedecerle sin vacilaciones y a confiar en Su llamado. Que esta historia de Simón y Andrés nos motive a ser seguidores apasionados, dispuestos a llevar el mensaje de Jesús a aquellos que nos rodean.
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