Jehová anticipó la agonía y el tormento de Jerusalén por el intrigante cuestionamiento que lo acompaña en Jeremías 30:6 "Déjenme hacerles una pregunta: Acaso los varones dan a luz? Entonces porque están parados allí con sus caras pálidas y con las manos apoyadas sobre el vientre como una mujer en parto?" . Por otra parte, la palabra judía 'ke·sel' (secciones medias, flancos o lomos) aparece unas cuantas veces en Levítico 3:4-15 con respecto a las penitencias.
“Flancos o lomos”
es la parte del cuerpo situada entre las costillas y las caderas. En tiempos bíblicos, es donde se
llevaba el cinturón y se sostenía la hoja. El agravamiento y el temor se
reflejaban en la deficiencia o el temblor de esa parte del cuerpo.
En el
momento en que Pablo mostró que la hermandad de Jesús en el camino de
Melquisedec era mejor que la de Aarón, su argumento dependía de la forma en que
Leví estaba en los flancos de Abraham. En ese sentido, se podría decir que pagó
ofrendas a Melquisedec (Hebreos 7:5-10; Génesis 14:18-20).
En Efesios
6:14 se les dice a los cristianos que tengan sus 'flancos reforzados con la
verdad'. En otras palabras, que estén empoderados con las Promesas de Dios de la
verdad como ayuda fundamental.
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