La palabra de Dios nos instruye cuando nos enseña que nuestras acciones se originan o nacen en nuestra mente, en nuestro pensamiento.
Es en la mente donde batallamos contra nuestra “iniquidad” (maldad inherente al ser humano como consecuencia del pecado original) y contra las asechanzas de nuestro adversario, satanás.
Mira como lo dice Santiago 1:14-16 Versión TLA
Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan. Los malos deseos nos llevan a pecar; y cuando vivimos sólo para hacer lo malo, lo único que nos espera es la muerte eterna. Mis queridos hermanos, no sean tontos ni se engañen a ustedes mismos.
2 Corintios 10:5 nos aconseja👉 que llevemos “cautivo” todo pensamiento a la obediencia de Cristo.
Cautivo, que procede del latín captīvus, es un adjetivo que se utiliza para calificar al ser humano o el animal que, por algún motivo, no es libre. El concepto refiere a quien se encuentra en cautiverio.
Cautivo se asocia a esclavitud y falta de libertad.
Algunas versiones bíblicas sustituyen el término “cautivo” por someter y obedecer.
Lo que hacemos cuando llegan pensamientos que sabemos que no se alinean a la voluntad de Dios por el conocimiento de su palabra, es identificarlos, capturarlos, someterlos y llevarlos a la obediencia de lo que nos dicen las Sagradas Escrituras.
Del corazón salen los pensamientos y cuál debe ser nuestra oración, esta en Proverbios 4:23 👇
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Versión RVR60
Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida. Versión DHH
Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida. Versión NTV
¡Dios te Bendiga!
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