En el evangelio de Juan capitulo 16 versículo
32 Jesús dice: “Pero se acerca el tiempo-de hecho, ya ha llegado-cuando ustedes
serán dispersados, cada uno se ira por su lado y me dejarán solo. Sin
embargo, no estoy solo, porque el Padre está conmigo” NTV
Al dividir en dos partes este versículo
encuentro dos situaciones:
1-Los Discípulos son dispersados y dejan solo a
Jesús
Cuando Jesús no necesito de su ayuda, los discípulos
fueron sus buenos amigos. Fueron sus fieles seguidores, pero ahora que habían
llegado los problemas, no pudieron velar con él una hora; no pudieron acompañarlo;
se han ido, lo han dejado solo.
Jesús les dice a sus discípulos que serían
dispersados por los acontecimientos cercanos a su entrega y muerte. Cuando lo
aplico a nuestros días me pregunto ¿cuántos hemos sido esparcidos? ¿Mudados?
¿Cambiado de país? ¿Cuántos hemos sido peregrinos y extranjeros en esta tierra?
¿Cuántos hemos sido movidos de lugares o movidos por circunstancias? Trayendo
como consecuencia muchas veces dejar atrás lo cotidiano, amistades, lo frecuente,
lo conocido, para entrar en una experiencia de fe con Dios y comprobar que en
circunstancias difíciles flaqueamos, nuestra fe se debilita y como los discípulos
muchas veces corremos en dirección contraria a Dios y sus promesas. Se
manifiesta en nosotros la debilidad que describe las Sagradas Escrituras. Romanos
8:26
Por otra parte, cuando llega la crisis, la
fatalidad, la duda, la aflicción, la prueba, ¿nos sentimos solos como Jesús? Si
ese es el caso es porque hemos dejado a Dios a un lado … leí una frase hace
tiempo y la conservo en mis recuerdos, la comparto con ustedes:” Dios esta tan
lejos como lo hayamos colocado”, porque su anhelo es una comunión intima con
cada uno de nosotros. Salmos 25:14
Creo que el hecho de que en el versículo
siguiente (33) se hable de la aflicciones en el mundo, podría indicar que la
soledad, estar solo, o sentirse solo en un momento determinado, forma parte de
la experiencia del hombre en la tierra y este versículo parece vincular esta
soledad y sufrimiento que experimento Jesús a parte de las aflicciones que
tendremos que enfrentar muchas veces.
2- Jesús sabía que no estaba solo, y que el
Padre estaba con él.
Jesús experimentó la soledad en el momento más
difícil y duro de su vida, sin embargo, no retrocedió ni abandono su propósito.
Jesús vino a salvar, vino a redimir a vencer al mundo y lo cumplió. Apocalipsis
5
Jesús confió en su estrecha relación con Dios
todo el camino hacia la cruz, e incluso sobre ella. En los momentos más
solitarios imaginables, el entendía que el Padre estaba con él.
Si Hoy como a Jesús, te han dejado solo en
medio de tu aflicción, recuerda esta promesa de Dios👉
He aquí yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo.
Dios te Bendiga
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