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jueves, 13 de febrero de 2025

Justicia no es Igualdad !

 

Justicia no es Igualdad: Reflexión a partir de Mateo 20:1-16

En el evangelio de Mateo, capítulo 20, versículos 1 al 16, encontramos una parábola conocida como "La parábola de los obreros en la viña". Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la justicia desde la perspectiva divina, que a menudo difiere de nuestra comprensión humana de la igualdad.

El Pasaje: Mateo 20:1-16

En este pasaje, Jesús narra la historia de un dueño de viña que contrata obreros a diferentes horas del día para trabajar en su campo. Al final del día, cuando llega el momento de pagarles, los trabajadores que habían laborado solo una hora reciben el mismo salario que aquellos que habían trabajado durante todo el día. Este hecho provoca el descontento de los obreros que habían trabajado más tiempo, quienes sienten que la compensación no es justa. Sin embargo, el dueño de la viña les responde que no ha hecho nada injusto, ya que ellos acordaron un salario justo al comienzo del día. Al final, el dueño les recuerda que tiene derecho a ser generoso con lo que es suyo.

La Lección de la Parábola

La parábola de los obreros en la viña nos confronta con una verdad poderosa: la justicia divina no siempre coincide con lo que percibimos como igualdad.

  1. La justicia de Dios es soberana: El dueño de la viña representa a Dios, quien tiene total autoridad sobre lo que hace con lo que es suyo. En su generosidad, decide dar más de lo que los obreros esperaban. La justicia de Dios no se basa en un sistema de "igualdad" humana, sino en su soberanía y en la abundante gracia que Él derrama sobre todos.

  2. No es una cuestión de méritos: Los obreros que trabajaron menos horas no recibieron menos porque no se lo merecieran, ni los que trabajaron más recibieron más porque fueran más diligentes. La recompensa no dependió de cuánto trabajaron, sino de lo que el dueño decidió darles. Este acto revela que la justicia de Dios se basa en su gracia, no en lo que nosotros consideramos justo de acuerdo a nuestros propios méritos.

  3. La generosidad de Dios es inesperada: El patrón de la viña, al igual que Dios, actúa de manera inesperada. Los que llegaron al final del día recibieron lo mismo que los que empezaron temprano. Para nosotros, puede parecer injusto, pero el punto no es que Dios "debe" darnos lo que creemos que merecemos, sino que su generosidad es más grande de lo que imaginamos.

  4. La igualdad humana no siempre refleja la justicia divina: A nivel humano, buscamos una igualdad que se basa en lo que se da a cada persona, sin considerar las circunstancias o las necesidades particulares de cada uno. Sin embargo, Dios no busca nuestra "igualdad" en ese sentido. Su justicia no se mide por cuántas horas trabajamos o cuántos méritos tenemos, sino por su amor inmenso y su deseo de que todos reciban lo que necesitan de Él.

Reflexión Final

La justicia no es lo mismo que la igualdad. Mientras que la igualdad se enfoca en dar lo mismo a todos, la justicia divina se basa en lo que es verdaderamente necesario para cada uno, de acuerdo con los planes y propósitos de Dios. La parábola de los obreros en la viña nos enseña que Dios, en su justicia, puede otorgar generosamente según su sabiduría y voluntad, no según nuestra comprensión humana de lo que es "justo".

Nos invita a confiar en su bondad y a liberarnos del resentimiento o la envidia cuando percibimos que otros reciben algo que no hemos recibido, recordando que su justicia es siempre perfecta, aunque no siempre se ajuste a nuestra idea de igualdad.

En lugar de medir la justicia según nuestros propios estándares, estamos llamados a abrazar el misterio de la generosidad de Dios y a encontrar satisfacción en que Él actúa siempre con sabiduría, amor y gracia.

Dios te Bendiga 

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