Quizás te ha pasado que
te sientas estresado, vives constantemente angustiado y piensas
que las cosas no están saliendo bien, que el tiempo no te alcanza para
realizar todas las actividades
del día, bien sea las labores del trabajo, del hogar, el cuidado de los
hijos o la pareja.
A mi también me pasó y cada día
sentía que se me agotaban las fuerzas, que no podía más, no dormía bien
y me sentía muy preocupada, por ello comencé a orar más frecuente y
fervorosamente, buscando paz y quietud dentro de mí.
En una oportunidad escuche a un pastor decir: Pon a Dios en
primer lugar y te llevará a lugares que nunca soñaste.
Decidí cada
mañana dedicarle al menos 10 minutos a Dios.
Cada día antes de empezar mi rutina, en la quietud y el
silencio de la mañana traigo a Dios a mi pensamiento, hago una oración sincera
desde mi corazón, lo honro reconociendo su presencia en mi vida, su grandeza,
su bondad, su poder, le expreso que lo amo, lo necesito y que nada puedo hacer
sin el.
Le agradezco un día más de vida, con salud, con familia, amor y
tantas bendiciones que me concede, entendiendo que aún atravesando adversidades
siempre hay algo que agradecer.
Proverbios 16.3
Encomienda a Jehová tus obras y tus pensamientos
serán afirmados
Lo mejor que
podemos hacer al inicio de cada día es poner en las manos de Dios nuestros proyectos, encomendárselos para
que se realicen con bien.
Y si en el camino encontramos adversidades, él nos permitirá
salir victoriosos, aprender de lo vivido y siempre ver el lado positivo que nos
dejó.
Escucha, oh
Jehová, mis palabras, considera mi gemir. Esta atento a la voz de mi clamor,
Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.
Oh Jehová, de
mañana oirás mi voz. De mañana me presentaré delante de ti y esperaré.
Hoy puedo decir
que a partir de ese día comencé a experimentar una mayor paz, tranquilidad y optimismo para vivir mi vida, pues depositando mi confianza en él
me siento protegida, ya no veo las cosas igual, me
siento más serena y si las cosas no salen como quiero o no me alcanza el tiempo
para algo que debía hacer, ya no pierdo mi serenidad, confío en Dios y se que sus
planes son mejores que los mios y lo agradezco,
se que todo es conforme a su propósito y que él esta en cada
circunstancia de mi vida, esta cerca de mi en las dificultades y en los
momentos felices.
Me he dado cuenta que poner mis caminos en manos de Dios me
llena de energía, optimismo, fe y
confianza.
Hoy te invito a que no esperés ni un día más y comiences a poner
a Dios en primer lugar.