Entre los
hechos acontecidos cercanos a la muerte de Jesús, resalta la conspiración y traición
de uno de los doce que llamo Jesús para que estuvieran con el (Marcos 3:14). Se
trata de Judas, cuyo nombre siempre aparece al final y con alguna descripción que
lo marca con un estigma infame, por ejemplo:
“el que le entrego” Marcos 3:19
“el que también
le entrego” Mateo 10:4
“que llego
a ser el traidor” Lucas 6:16
En el grupo apostólico Judas Iscariote cumplía
funciones de tesorero, sin embargo, en algunos textos se puede leer que fue
llamado “ladrón” y que se apropiaba del dinero que se le confiaba. Es este
mismo personaje quien critica la acción de María, que ungió los pies de Jesús
con el precioso ungüento. (Juan 12:3-5). Este pasaje describe a Judas como una
persona interesada en engrosar su propio bolsillo, ambicioso y en el cual
resaltan características como la codicia Mateo 26:14; Hipocresía Juan 12:5; Traición
Marcos 14:10 y la Deshonestidad Juan 12:6
Inmediatamente
después de este incidente en Betania, es cuando Judas acude a los principales
sacerdotes para traicionar a Jesús.
El evangelio de Marcos se limita a relatar el
hecho de la traición, y añade que los sacerdotes le habían prometido dinero. El
evangelio de Mateo agrega el detalle de la suma ofrecida (30 monedas de plata).
El evangelio de Lucas hace resaltar el profundo significado del acto, cuando
relata que Satanás entro en el traidor y le inspiro su nefasto pecado. En la última
cena, el Señor Jesús, con visión profética, anticipa la acción del traidor cuya
presencia es conocida en la mesa, constituyéndose este en el último llamado del
Señor a Judas, quien lo rechazo.
La
aterradora y horrenda muerte del Apóstol no se comparan con el hecho de que
Judas se había convertido en apostata y
nos lleva a reflexionar en tres verdades fundamentales:
1. 1.- No debemos dudar de la sinceridad
del llamado del Señor Jesús, quien al principio consideró a Judas,
potencialmente seguidor y discípulo.
2. 2.- El conocimiento de Dios de todas las
cosas no implica que Judas tuviera que convertirse inevitablemente en un
traidor.
3. 3.- En realidad, Judas nunca llego a ser
un verdadero seguidor de Cristo. Nunca tuvo una relación genuina con el Señor;
y el titulo máximo que le dio a Jesús fue de “maestro”, pero nunca “SEÑOR”
La historia
de Judas permanece en las Sagradas Escrituras como una advertencia al seguidor
de Cristo no comprometido, que no abandona su compañía, pero que no comparte su
Espíritu.
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 7:21
Apostasía: Abandono de la fe a la que se pertenecía, rebelión, negación, renuncia de la fe.
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Certeza